A Modo de Prólogo
Lenguajes, comunicación e interculturalidad
En una sociedad que se define a sí misma como multicultural y si deseamos que la multiculturalidad sea efectivamente un elemento que contribuya al respeto y al disfrute de la diversidad, el desarrollo comunitario sostenible y la justicia social, se hace necesario el uso más frecuente, conciente y decidido de un concepto al que con frecuencia no se le presta la debida atención: interculturalidad.
La idea misma de multiculturalismo y la imagen que se utiliza a menudo para visibilizar dicha idea, el mosaico, dan cuenta, al mismo tiempo, de su enorme potencial y sus límites. La coexistencia de lo múltiple supone, en una primera instancia, la yuxtaposición. Pero no puede agotarse en -ni resignarse a- ella. Y la multiculturalidad, si bien implica el reconocimiento de las diferencias, no debería ser una coartada para la generación de compartimentos estancos en los que los contactos entre culturas se limiten a la celebración casi marginal de lo folklórico y a la «tolerancia», entendida ésta en el peor de sus sentidos.
El concepto de interculturalidad, por el contrario, implica entender la interacción entre culturas de un modo horizontal y fluído. Esto supone el desmontaje de las relaciones de jerarquía y supremacía, el reconocimiento de la legitimidad de las aspiraciones y los derechos de los diferentes subconjuntos sociales, la búqueda continua de la equidad y la inclusión efectivas, y la solución de los posibles conflictos a través del diálogo, el reconocimiento y la concertación.
Interculturalidad, por lo tanto, implica diálogo y comunicación y para que la comunicación y el diálogo no se deslicen hacia lo formal y lo previsible, se hace necesario apelar a la diversidad más amplia posible de lenguas y lenguajes, que son, en el fondo, las señas de identidad con las cuales sabemos quiénes somos y podemos conocer y valorar a los «otros» con quienes interactuar y convivir.
CUÉNTAME.2 se ha propuesto ser una herramienta más en la búsqueda de «lenguas y lenguajes» que promuevan la integración cultural. Por esa razón y porque también existen brechas culturales a zanjar entre diferentes generaciones (en especial cuando estamos trabajando en contextos de inmigración y extrañamiento) le damos un papel especial a los componentes intergeneracionales de un diálogo que, sabemos, es cada día más necesario y requiere cada día mayor multiplicidad de actores.
Un antecedente imprescindible
Desde mayo de 2018 hasta marzo de 2019, Latin@s en Toronto, en colaboración con el Dpto. de Español y Portugués de la Universidad de Toronto, desarrolló el proyecto CUÉNTAME, financiado por el ex-Ministerio de Inmigración y Ciudadanía de Ontario.
En ese período, CUÉNTAME, estuvo planteado como un repaso crítico de la historia de la inmigración en Canadá desde mediados del siglo XIX hasta nuestros días. Ese repaso, así como la reflexión sobre el papel que «los otros» juegan en nuestras vidas y en la conformación de nuestra propia identidad, se utilizaron como herramientas capaces de lograr que estudiantes pertenecientes a un universo cultural extensísimo y variado se aproximaran al idioma español desde una perspectiva diferente a la habitual, coincidente con sus propios intereses y sus propias experiencias individuales y colectivas.
Tanto el marco teórico de CUÉNTAME -basado en la generación de vínculos emocionales entre los jóvenes estudiantes y gentes y situaciones del pasado a las que en general han sido ajenos-, como su implementación práctica -que implicó el uso de las nuevas tecnologías para la creación de un entorno de trabajo dinámico y productivo-, determinaron que el programa tuviera, entre esos jóvenes y en nuestra comunidad en general, una repercusión mayor a la esperada.
Esa situación ha hecho posible que podamos plantearnos una reedición del programa en el período 2019/2020, pero a su vez nos ha llevado a re-bautizar en español un nuevo proyecto: «Bridging gaps through intergenerational and intercultural dialogue«, esta vez financiado por Employment and Development Canada como «CUÉNTAME.2«.
Porque la vocación por el diálogo, la investigación y la valoración de la diversidad es la misma, y porque nuevamente se trata de pedirle a los demás que «nos cuenten» y que al contarnos adquieran y nos den voz.