A lo largo del ciclo de Notas Especiales y Fichas Informativas que estamos desarrollando desde hace ya 6 ediciones, hemos analizado los factores que inciden en la baja asistencia a las urnas que se registra tanto en Canadá como en otros países que comparten características socio-políticas similares, y hemos dividido esos factores en dos grandes grupos: los factores que tienen que ver con características particulares de los votantes y los factores inherentes al propio sistema electoral.
Entre los primeros, como hemos visto, son determinantes: la edad, el nivel de educación formal, el nivel de ingresos, y la pertenencia a lo que en Canadá suelen denominarse “minorías visibles”. Al profundizar en cada uno de esos factores determinantes hemos comprobado además que la interacción entre 2 o más de ellos potencia notablemente sus efectos negativos.
Entre los factores inherentes al sistema que inciden en los altos niveles de abstencionismo hasta ahora sólo habíamos analizado el más obvio: la no obligatoreidad del voto (ver El voto obligatorio ¿libertad o desaliento?).
Nos toca ahora sumergirnos en el más complejo y difícil de abordar, el carácter no-proporcional del sistema electoral canadiense.
Durante la anterior campaña electoral el hoy Primer Ministro Justin Trudeau aseguró que si su partido llegaba al gobierno, 2015 sería el último año en que Canadá elegiría a sus representantes con el “injusto sistema” (esas fueron sus palabras) conocido como First Past The Post (FPTP)… Sin embargo, ese es el sistema que se empleará en las elecciones federales que se celebrarán en 2019, dos referendums realizados a nivel provincial durante el período dieron resultados adversos, y no parece que esta vez haya candidatos especialmente interesados en reavivar aquella propuesta.
Puedes ver la distribución de los sitemas FPTP y de Representación Proporcional en el mundo en las Fichas 11 y 12, Los sistemas electorales en el mundo.
Deberíamos entonces, en primer lugar, intentar clarificar en qué consiste el FPTP, qué ventajas y qué aspectos negativos le adjudican sus defensores y sus detractores, para en base a eso, concluir si es probable o no que sus características promuevan una desafectación ciudadana que derive luego en un bajo “voter turnout”.
Características básicas del sistema
En el sistema electoral canadiense, el candidato que tiene el mayor número de votantes en su circunscripción obtiene una banca en la Cámara de los Comunes y representa a todos los electores de su distrito como Member of Parliament (MP). A continuación, el Gobernador General le solicita a los MP’s que formen gobierno y, por lo general, el líder del partido que ha recibido el mayor número de votos es elegido Primer Ministro.
La anterior significa que no es necesario que una persona haya recogido la mayoría absoluta de los votos en su circunscripción para ser elegida MP, y por lo tanto tampoco es necesario que la persona elegida como Primer Ministro represente a la mayoría del electorado.
El objetivo (y el resultado) del FPTP es la conformación de gobiernos estables ya que disfrutan de mayorías propias y por lo tanto no se ven obligados a conformar alianzas o coaliciones de gobierno. Pueden gobernar sin realizar concesiones a la oposición.
El sistema tiene la ventaja de ser simple (aceptando que la simpleza sea en verdad una ventaja) pero tiene un pobre desempeño en traducir los votos de la ciudadanía en representación efectiva.
Veamos por qué y para ello imaginemos una circunscripción en la que haya tres candidatos. Uno de ellos (A) obtiene el 34% de los votos en tanto que los dos restantes (B) y (C) obtienen un 33% cada uno. Dado que en cada circunscripción sólo está en juego una banca, quien representará a todos los votantes del distrito en el Parlamento por los próximos 4 años, será A, a pesar de que el 66% de los votantes no quiso que lo fuera.
Hemos elegido un caso extremo sólo por razones de comodidad, pero en realidad no es infrecuente el caso de elecciones muy reñidas, y son muy comunes los casos en los que hay 4 , 5 o más candidatos, con lo cual la cifra de votos de un distrito que no obtienen ninguna representación llega a ser mucho más alta.
La pregunta es entonces… ¿Cómo hace el representante A para representar las opiniones y los intereses de quienes lo votaron y representar simultáneamente las opiniones y los intereses de quienes no lo votaron y que presumiblemente tengan opiniones muy diferentes e incluso antagónicas a las suyas? Esa es la respuesta que el FPTP, a pesar de (o debido a) su sencillez no puede brindar. El sistema funciona sobre un supuesto muy arriesgado e improbable: la certidumbre de que alguien con opiniones contrarias a las mías podría representarme bien.
Sobre la incidencia que puede tener el alto porcentaje de votos que no obtienen representación en la baja asistencia a las urnas, y acerca de algo que también es característico del sistema electoral canadiense, el “voto estratégico”, volveremos en la próxima edición.